viernes, 24 de marzo de 2017

La Actitud y los nuevos tiempos.



Actitud Ante los nuevos Tiempos.-

23 de marzo 2017.
Rotary Club de la Aguada.-

2).- Hoy el Deporte Nacional es la queja continua.

Esto provoca desaliento. Es un corte a la energía natural. El desaliento nace de la profunda ingratitud ante no ver lo que tenemos y no vemos, y que no sabemos lo que hacemos.

JUSTIFICADO? No justificado?
En todos los casos, perdemos nuestro poder de autonomía, si es que nos enfocamos en analizar demasiado lo que viene desde afuera.

En estas circunstancias, esta muy bueno aprovechar para tratar  de conocernos un poco más.

3) Autoconocimiento.-
    Lo que está claro es que el entorno no nos resuelve.
    No hay que esperar por los cambios.
    Hay que ir por el cambio personal.

4) Premisas:
- Nos cuesta focalizar o priorizar . Se habla mucho y se hace lo contrario.
Y luego:                                                  

Cae el ánimo y cuando cae, perdemos identidad, nuestra forma de ser.
Podemos perder credibilidad si decimos una cosa y hacemos otra.

Es bueno hacer una pausa y reparar. Pero tengo una buena noticia: como estamos hablando de la queja continua, es bueno que recordemos que muchas cosas las hemos hecho antes.
Hay veces nos invade el desánimo, pero sabemos hacerlas. Entonces es bueno tomar contacto con nuestro pasado, la circunstancia que se nos ha presentado y como lo hemos resuelto. El poder de nosotros, también está en nuestras experiencias del pasado.
Ahora las circunstancias las miramos desde otro ángulo.
 SI miramos nuestra historia, podemos ver cuánto hemos cambiado. Yo he cambiado, nos hemos ido adaptando al momento con una visión positiva. No nos quedamos.

Ejemplos: Head Humpters (cazadores de cabezas) hace unos años estaban de moda. Y los jóvenes parecían arrasar con las buenas oportunidades de trabajo. 
Hoy, esto es menos frecuente.

5) ACTITUD.- Definición.-
Características: convocantes, envolventes. Personas que entran a un lugar y lo alegran.
Son eficientes, tienen una posición física erguida, miran a los ojos, siempre ven el vaso medio lleno.
Cuida a su gente.
                                                    
Desde lo Ontológico, trabajamos con el cuerpo y las emociones. Observamos a las personas para ayudarlas a provocar el cambio.

Características de la Actitud Positiva.
-         Rápida reacción hacia lo sorpresivo.
-         Buen estado de ánimo.
-         Salud.
-         Reacción ante juicios y prejuicios
-         Busca de similitud con nuestros antepasados.
Hay una herencia? O hay un rasgo?
De ser así, se puede cambiar…
Ustedes han observado los jugadores de fútbol  latinoamericanos que están en Europa?
Ustedes creen que responden al concepto de la Queja continua? Ven en ellos, una actitud negativa? Y si pasan lista de todos los que hay latinoamericanos, se llevarán la sorpresa que los más intensos, más valientes, más entusiastas son los latinos, que provienen de un continente con temas complejos.

Nos definen posiciones corporales, y estas se pueden cambiar. Miradas, que se pueden cambiar, ánimo que se puede observar, identificarlo y cambiarlo.

                                                      
Y todavía no he hablado de la actitud negativa, a la que por ser lo que es, le destinaremos poco tiempo.
         Posición corporal inclinada.
         Caminar cansino
         Mirada perdida
         Poco gesto,
         Suspiros frecuentes.
Tengo una buena noticia: La Actitud Negativa se corrige.-
ESTO SE ARREGLA.-
Frente a estas dos posiciones, evidentemente la más atractiva es la Actitud Positiva.

Empresas que tiene mayoritariamente este tipo de personal, sin duda retendrán a sus clientes, formando buenos equipos de trabajo.
(Mis pagos en Abitat)

Ahora bien, se habla de Actituc, Neurociencia, Coaching ontológico; vamos a seguir con el viejo libreto?
De continuar haciendo lo que estábamos haciendo, obtendremos los mismos resultados.

Es difícil cambiar al mundo. Pero es fácil cambiar nosotros y cambiar lo que nos rodea.
                                           
Que demanda el mundo hoy?
Compromiso
Creatividad
Innovación
Actualización
Empatía.

Qué demandaba el mundo hace 10 años?
EXACTAMENTE LO MISMO.         Lo que sucede es es que ahora hay que ser más rápidos.
Ya no se puede improvisar ni jugar en todas las áreas. Hay que hacerlo en nuestra área.

Hay que actualizarse desde la apertura.
Ejercicios
Observación
Condicionamientos a creencias, juicios y prejuicios.

Y luego integrar a la Actitud, el conocimiento.
O sea, la actitud sustenta al conocimiento.
                                                                                                                                                              
Para terminar:
Siempre me pasó que cuando tenía que dar alguna charla, aparecía algún concepto, alguna frase de autoría desconocida que tenía la capacidad de resumir de alguna manera, aquello que me había costado explicar.
Y esta vez, no podía ser distinta,
“El entorno no nos ayuda, entonces, vivir alegre a pesar del entorno”.
Con el UUUFFF perdemos nuestra manera de ser.
No perder la alegría.
Yo puedo elegir mi Actitud.
Lo mejor de la vida, es casi gratis.
Qué es la Inteligencia?
         La inteligencia es la capacidad de adaptarse al cambio.

Marta Penadés.
Marzo de 2017.-



miércoles, 23 de septiembre de 2015


PERIODISTA MUY MAL INFORMADO O MUY SESGADO.

El pasado domingo 19, siendo las 13 horas, sintonicé Radio Sarandí.
En ese momento el conductor del Programa Transformaciones, realizaba una entrevista a un destacado sindicalista quién con una claridad meridiana explicó los objetivos de los trabajadores. Por demás justos y factibles.
Como no podía ser de otra forma, la conducción fue dirigida hacia el trabajador y la empresa. Enfoque que por demás no venía al caso.
Fue en ese momento en el que el conductor hizo mención a las campañas de bien público que organizan muchas cadenas de supermercados en beneficio de instituciones necesitadas.
Allí, este señor conductor, comenzó a emitir juicios y suposiciones sobre este tipo de acciones solidarias, sus recaudaciones y el destino del dinero. LLegó hasta manifestar que cadenas de supermercados, una vez terminada la campàña, presentaba el dinero como propio y así se acogía a los beneficios tributarios de la Ley.
Todo muy sesgado, instalando la desconfianza y sus presunciones para desprestigiar estas iniciativas por la falta de claridad de las mismas.
Creo que el Sr. Preza no tiene la menor idea de la instrumentación de las mismas.
Para conocimiento del lector, informamos:
1) El dinero que el cliente aporta de manera espontánea y generosa; se vuelca en su totalidad a la ONG.
2) Las cadenas de supermercados, siempre mencionan que son donaciones de sus clientes.
3) Las donaciones obtenidas, el supermercado no puede presentarlas como propias, y acogerse así a beneficios tributarios. Los beneficios tributarios provienen del Impuesto a a Renta a las personas físicas o instituciones, ya probadas. No de donaciones de terceros.
4) Un supermercado es agente de retención, y como tal deriva la donación.
5) La ley de exoneraciones es perfecta. en su diseño y puesta en marcha. Y no está hecha para que se “avive” el empresario.
Es una pena que en nuestro país, se esté permanentemente induciendo a la desconfianza y sobretodo desde algún medio de comunicación.
Los aportes son importantísimos para cumplir con los objetivos de mejora de salud, educación,incapacitados.Sin ellos no podrían subsanarse tanto tema social pendiente.

lunes, 14 de septiembre de 2015

EDUCACIÓN
 
En el diario El Mundo de Madrid, se realizó una entrevista a un conocido docente español, que viviendo en el interior de España, viajó a la Universidad de Navarra para lograr su título.

Comparto sus consideraciones para que se pueda apreciar más aún, el tremendo daño que se le hace a una sociedad que no facilita la educación en todas las clases sociales.



BERTA GONZÁLEZ DE VEGA.
Quién lo diría, pero Gregorio Luri no tenía una vocación docente. Sólo sabía que estudiar era la alternativa al campo. Y que Magisterio, en Navarra, es lo que su familia se podía permitir. Ni ir a Zaragoza ni la privada. Cuando habla de los niños pobres, lo hace desde la experiencia, aunque el pudor le impida dar detalles. "Y tanto que sé", dice. Se echó novia, ahora mujer de muchos años, que quiso estudiar Psicología en Barcelona y allí se fueron. Él siguió con Magisterio. Sus padres le enseñaron el "amor al trabajo bien hecho y huir de las excusas, porque es lo que más infecta al alma". "No consigues la autonomía personal echando la culpa a alguien", remata. Si había que ser profesor, sería bueno. Cree que uno se motiva solo, "creando el relato de tu propia vida". "No puedes ir todos los días a trabajar al Paraíso", dice y añade su frase favorita de Nietzsche: "Donde no puedas amar, pasa de largo". Él lo ha buscado. Encontró el amor también en sus libros. El trabajo bien hecho del que le hablaban sus padres. Y en aquella novia, hoy abuela, por la que llegó a Barcelona, donde siempre fue Gregorio, como le habían bautizado. Tiene dos títulos en las librerías, '¿Matar a Sócrates?' y 'Mejor Educados'. Lleva todo el verano inmerso en el siguiente, titulado provisionalmente 'Fe, Esperanza y Caridad', sobre Caridad Mercader, madre de Ramón, el asesino de Trotski. Es Gregorio Luri, navarro en Cataluña. 

Le preocupa que nadie se ocupe en serio de la educación de los niños pobres. Que ahora se diga que los resultados de PISA tienen que ver con el estatus socioeconómico de la familia y poco más...
La diferencia entre los niños culturalmente ricos y los culturalmente pobres es doble. En primer lugar, es una diferencia de conocimientos, porque los ricos siempre están reforzando en casa lo que aprenden en la escuela, mientras que los pobres hay muchas cosas que, si no las aprenden en la escuela, no las aprenden en ningún sitio. Un niño culturalmente rico escucha un promedio de 2.150 palabras por hora, mientras que el pobre apenas llega a las 620. El momento crítico para los niños culturalmente pobres es tercero de Primaria, cuando pasan de aprender a leer a aprender leyendo. Los que mejor leen, más aprenden y las diferencias iniciales se incrementan. El fracaso escolar es básicamente un fracaso lingüístico. El mayor escándalo de nuestra escuela es que, en cuarto de Primaria, ya podemos identificar a los niños que fracasarán académicamente. En segundo lugar, es una diferencia de agenda al acabar la enseñanza obligatoria. Todos sabemos que, para encontrar un trabajo, una buena agenda es más importante que un buen currículo. 

¿Ha leído el libro de Amanda Ripley, 'Los chicos más listos del mundo'? Explica cómo la directora de un colegio, en un barrio todo lo pobre y conflictivo que puede ser en Helsinki, dice que procura no empatizar con los problemas de los niños en sus casas...
Hay un profundo cinismo en la oferta de empatía a un niño pobre, porque no le ayuda nada a buscar salidas a su miseria. Los pobres necesitan herramientas intelectuales, no nuestra lástima. Es decir, debemos ofrecerles nuestro respeto. Para ello hay que decirles claramente que no hay alternativa pedagógica a los codos. No existe el aprendizaje fácil de cuestiones complejas por una sencilla razón: la cultura es siempre elitista. Quien no entienda la diferencia entre las obras completas de Georgie Dann y un cuarteto de cuerda de Beethoven, no puede llamarse culto. Esto ha sido siempre así, pero hoy lo es aún más, porque las diferencias entre los intereses espontáneos de un niño y las demandas de conocimiento de la vida adulta son cada vez mayores. 

El secretario de Educación en EEUU plantea que los niños que vayan bien académicamente en colegios de barriadas marginales puedan estar internos en colegios con niños similares de lunes a viernes.
Bart Simpson se queja de que, como va retrasado, lo llevan a una clase en la que se trabaja más lento, con lo cual su retraso no deja de incrementar. La pregunta que una escuela con una conciencia de servicio público debe plantearse es: ¿cómo compensar las desigualdades culturales familiares? La respuesta es triple: con profesores de mayor calidad, con una instrucción lineal y más horas de escuela. Hay experiencias internacionales que lo demuestran.

La élite occidental sí que dispone que sus hijos sepan lo que es esforzarse para poder entrar en las mejores universidades. Creo que usted ha acuñado el término para eso, "aristocracia cognitiva". Y eso puede ser origen de mayor desigualdad, algo que se impone como una preocupación del discurso político.
Desgraciadamente la expresión «aristocracia cognitiva» no es mía. Me la he apropiado. Me parece que se percibe una mutación en nuestra pobre meritocracia. El mérito antiguo tenía que ver con la información que manejaba una persona; hoy, cuando la información es cada vez más asequible, lo valioso es lo más escaso y lo más escaso es la atención y la capacidad para identificar, buscar y ordenar la información valiosa, es decir, el criterio. Se dicen muchas vaciedades sobre la escuela del futuro, como que el conocimiento ya no será valioso. Pero para educar la atención y el criterio necesitamos conocimientos. El interés no es el motor del conocimiento, sino que el conocimiento es el motor del interés. El ignorante no tiene interés por lo que ignora porque no sabe ni que lo ignora, mientras que cuanto más sabemos de algo, más interés le descubrimos, más fácil aprendemos cosas nuevas y con más placer lo comunicamos.

¿Usted echa en falta en los discursos pedagógicos actuales, muy centrados en la creatividad, conceptos como el autocontrol y el coraje?
Echo en falta más rigor. ¡Qué dejen de presentarnos como innovaciones experimentos fracasados hace cien años! Los que nos aseguran que la creatividad puede enseñarse deberían decirnos a quién se la han enseñado. Los demás no sabemos cómo producir ni Picassos ni Steve Jobs. Allí donde hay una personalidad creativa lo que encontramos es a alguien que conoce bien su oficio, que le dedica muchas horas y que es capaz de concentrarse intensamente en los problemas que desea resolver. Para eso necesita tener conocimientos. Los grandes hombres comparten una característica un poco deprimente: todos trabajan mucho.

También cree que hay un abuso del concepto de espontaneidad, como si reprimirla fuera un sinónimo de opresión casi fascista.
Eso que llamamos cultura es posible porque somos capaces de abrir un espacio para la reflexión entre la aparición de un deseo y su satisfacción. Los deseos son caprichosos y se despiertan sin pedir permiso en cualquier parte. Yo defiendo el poder educativo de la frustración, que es la represión que es capaz de ejercer un pastelero sobre sí mismo para no comerse los ingredientes mientras hace un pastel. Sin autocontrol, sin la capacidad para abrir el espacio de reflexión, no hay pensamiento estratégico. La idea de que la educación ha de desarrollar todas las capacidades del niño sólo pudo nacer entre pedagogos sin hijos que nunca impartieron clases a adolescentes. Hay muchas potencialidades que deben reprimirse: el robo, la mentira, la laxitud, etc.

Y el caso es que son miles de padres los que han leído mucho sobre educación, más que nunca quizás; o sea, los que sienten una obligación de educar bien a su hijo y, si no lo consiguen, se sienten culpables y responsables.
La mayor parte de la literatura pedagógica dirigida a las familias no tiene por misión enseñar la naturaleza de la paternidad, sino ocultarla. Es hija de la pedagogía new age, que cree que un deseo es un hecho, y del mito tecnológico contemporáneo, que nos asegura que hay una respuesta precisa para cada problema. En las cosas humanas no es así. Ni los deseos son hechos, ni hay manera de controlar el azar. Eso que llamamos educar hay que tomárselo con mucha humildad. Podemos colaborar en el desarrollo de nuestros hijos y, sobre todo, evitar ciertos errores de bulto, pero la vida de nuestros hijos nunca está dúctilmente presente ante nuestras manos. Una familia no es un tubo de ensayo. Esto debería contribuir a relajarnos. Yo defiendo la introducción de dos nuevos artículos en los derechos del niño: "Todo niño tiene derecho a tener unos padres imperfectos» y «Todo niño tiene derecho a tener unos padres tranquilos".

"Para educar éticamente hay que ser ético. No hay otra", dice usted.
Educamos por impregnación. El órgano educativo de nuestro hijo es el ojo, no el oído. Y la impregnación es más eficaz cuando no sabemos que estamos educando, cuando nos comportamos espontáneamente, cuando mejor se exhiben nuestras convicciones morales. Si asumimos esto, debemos asumir también que no siempre damos a nuestros hijos ejemplos intachables. Para compensar la diferencia de altura entre nuestros buenos propósitos y nuestra conducta, sólo hay un medio: el amor. Una familia normal es un enorme chollo psicológico, capaz de sobrellevar sus neurosis cotidianas sin demasiadas estridencias.

Los niños varones son los que peor lo están haciendo en los exámenes y el fracaso escolar se ceba con ellos. Usted cree que conceptos como «coraje» están en el olvido porque, quizás, se asocia con cierto machismo. Hay países en los que se plantea la educación diferenciada como una solución. ¿Cómo lo ve?
Hay cuestiones escolares que tienen que ver más con los derechos civiles de una ciudadanía adulta en una sociedad liberal que con las opiniones de los pedagogos. La educación diferenciada o la educación en casa son dos ejemplos. Si el ciudadano propietario está convencido de que nadie puede imponerle una ideología política, una religión, una orientación sexual o estética, un modelo familiar, etc., ¿por qué ha de confiar la educación de sus hijos al Estado? Este es un problema mayor que ya, de hecho, está afectando a todos nuestros debates escolares, de ahí las crecientes dificultades de los legisladores para alcanzar consensos educativos amplios. Cada vez será más difícil ponernos de acuerdo sobre los contenidos mínimos que han de dominar las nuevas generaciones y cada vez será más necesario que los padres asuman la trayectoria educativa de sus hijos. Es más fácil y más cómodo criticar al ministro de Educación, sea el que sea, aunque no dispongamos de ningún paraíso educativo al que retornar, que llegar a un pacto educativo eficiente, amplio y estable. A los hechos me remito.

En muchas memorias de británicos de principios del siglo XX hablan de la obsesión de aquellos internados por forjarles el "carácter".
La educación del carácter es esencial en la tradición pedagógica británica y no se puede decir que les haya ido mal. Se ha llegado a decir que las guerras mundiales las ganaron los británicos en los campos de deporte de Eton. Incluso ahora Nicky Morgan, secretaria de Educación, insiste en que la educación del carácter ha de ser equiparable a la formación académica. Nosotros consideramos mucho más ese discurso bonito de la educación en valores que es un fomento de la náusea en lugar del apetito. Les intentamos inculcar a nuestros alumnos lo mal que se han de sentir ante determinadas conductas, pero no les impulsamos a dar ejemplo, es decir, a manifestar sus valores en sus conductas.

La excelencia está en boca de los políticos pero al hablar de ayudas a los alumnos excelentes, muchos se rasgan las vestiduras. No así con los deportistas de élite. ¿Por qué?
La excelencia es un concepto que cada vez genera más reticencias en la escuela al mismo tiempo que es cada vez más demandado en sociedad, incluso por los pedagogos cuando van al dentista. La escuela ha sacralizado la equidad. Nadie pone en cuestión este principio socialdemócrata, ¿pero una equidad que no garantice la movilidad social, puede dejarnos satisfechos? En Andalucía, para un pobre será más relevante que pueda haber movilidad social que la equidad, pero claro, un sistema educativo con todos con un cuatro es muy equitativo. Los sistemas de éxito dan más excelencia que deficiencia, porque incrementan el capital social. Si producen más deficiencia que excelencia, y esto se puede comprobar con una resta en los resultados de PISA, o importan excelencia o tendrán un problema con su desarrollo futuro. La escuela tradicional estaba concebida como un puente de confianza entre la familia, donde el niño es querido incondicionalmente por ser quien es, y la sociedad, donde somos valorados condicionalmente, según lo que sepamos hacer. No tengo claro que la escuela sepa hoy cuál es su función. Obviamente, si se pierde el sentido de la función, se pierde también el de la excelencia.





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sábado, 18 de octubre de 2014



No es un tema político. Es un tema de la sociedad.-



Estamos en las finales para las elecciones presidenciales.
Hemos escuchado a los diferentes candidatos haciendo sus comentarios sobre el tema de la seguridad, la salud, la educación. Todos llenos de buenas intenciones, todos con la esperanza que los resultados se verán en tres años. Exceso de optimismo.
En este caso, me gustaría referirme a uno de los temas.  Por ejemplo: la Seguridad. En cada campaña electoral, aparece el tema. Y abundan los diagnósticos, las promesas, los análisis, que no por pocos, convencen a nadie. Si sigue apareciendo el tema, es que los resultados hasta la fecha, no han sido buenos.
Una situación que se ha ido deteriorando en el tiempo, se puede empezar a corregir en el  doble de tiempo que llevó al deterioro, con el agravante de que, los hijos de los delincuentes están proyectados a serlo también.? - No, seguramente no.
Acabado entonces el Carnaval Electoral, nos persiguen  cuatro años de noticias siniestras y estadísticas de aumento de la delincuencia (desafortunadamente los delitos no decrecen) y otra vez las elecciones con las pertinentes promesas.
Cuando reiteradamente se pone en la agenda política un tema como el de la seguridad, que arrebata vida, asusta a las personas, instala el miedo y perjudica a la sociedad en general; el tema deja de ser político, y pasa a ser un tema de tres millones de habitantes. Que no quieren más promesas, no quieren vivir en el miedo.
Otro factor importante a tener en cuenta es la falta de continuidad con proyectos oportunamente aprobados, y que son dados de baja con el cambio de gobierno. Esto es natural en las personas; tirar por debajo todo aquello que haya sido implementado por otro, y colocar su impronta.
Pero, el tema de la Seguridad ya superó toda esperanza de un arreglo. Entonces se me ocurre que se le debería dar un carácter nacional, y debería integrarse una Comisión que apoyada por expertos del exterior estudien las posibilidades de mejora, y se trace un proyecto a veinte años por delante. Y que este proyecto, suficientemente estudiado y evaluado por esta Comisión, vaya implementando por parte las diferentes  estrategias hasta lograr el objetivo por área.
Y para mejor; que deje de ser un tema político y se convierta en un tema de la sociedad. Qué quiere decir esto? – Bien, podrán cambiar los presidentes, pero no cambia el proyecto. Este proyecto o bien estas decisiones, no se pueden tocar.
A la vez, el proyecto se sustenta con parte de lo aprobado para el Ministerio del Interior, y se reajusta anualmente por el PBI a los efectos de tener los recursos aprobados.
Tal vez,  por provenir del sector privado, yo crea mucho en planificaciones estratégicas a corto, mediano y largo plazo. Plan por objetivos, se le dice en la jerga empresarial. Y las cosas funcionan. Y  entonces dar entrada al Sector privado en esta comisión con un experto en seguridad, es la mejor manera de quitar de las manos, tanta ineficiencia y tanta promesa y tanta frustración.
Lo mejor del sector empresarial está en Endevor, Desem y tantas organizaciones juveniles que promueven el desarrollo de los jóvenes;  así  que,  empresarios exitosos en el Uruguay hay, tiene que existir voluntad de los gobernantes para desprenderse de tan amado fracaso. Reconocerlo, y dejar hacer.
Yo diría que este sí que es un tema de gestión muy importante, y que el futuro Presidente que lo implemente, pasa a la gloria, de mostrando y reconociendo incapacidad para provocar cambios, pero si generosidad para dejar “Hacer” a los que saben.